13.3.08

Pelis Míticas: Aliens

Voy a iniciar una serie de posts sobre pelis que me impresionan, me hacen gracia, me marcaron y, en definitiva, han hecho que me decante por esta forma de entretenimiento en lugar de, no sé, contar los horarios de los trenes (este hobby existe).


Y la primera es una de esas que de crío me moría por ver, que finalmente pude ver una noche en Tele5 (triste es la vida del cinéfago pobre) y que aún hoy día, tras dos secuelas y un par de violaciones vejatorias en la saga, sigue en forma: Aliens.


James Cameron recibió el encargo de escribir y dirigir la secuela del film de Ridley Scott a la vez que el del guión de "Rambo II". En el DVD explica que llegó a contar las páginas que necesitaba escribir al día para que no le pillara el toro. Contaba las horas que tardaba en escribir una, restaba tiempo para comer y dormir...bueno, que está como una chota no lo vamos a descubrir ahora. El caso es que el tipo se marcó un guión de casi 200 páginas que, cuando se lo enseñó a la Fox, hizo que éstos se rascaran la cabeza y pensaran: "Este tipo hizo una peli de acción de 85 minutos con 5 millones de dólares... ¿por qué demonios nos entrega El día más largo en el espacio?". La respuesta es simple; a James Cameron sólo le asusta una cosa: fracasar, y las expectativas puestas en él tras Terminator, sumadas a las de la secuela de la peli de ciencia ficción más influyente de los últimos 20 años, pues era para temerse no estar a la altura. Así que el amigo Jim tiró por el camino de enmedio y lo que se cascó fue una expansión del universo planteado en la peli de Scott, con el mismo personaje central (de hecho, el único que podía usar) en una situación parecida, pero dándole la vuelta para no ofrecer otra peli de gente perseguida por un bicho hambriento en una lata de la que no pueden salir. Recordemos que estamos en 1985, y que los clones de Alien habían asaltado ya pantallas y estanterías de videoclubs a placer.

Así pues, Cameron aportó a la secuela algo más que una nueva narración a partir de elementos ya conocidos. Lo que hizo fue ahondar en el entorno del personaje de Ripley. Creó La Compañía mencionada en la primera película y la bautizó como Weyland-Yasuni, atribuyéndole la misión de construir colonias en planetas remotos, entre ellos, LV-422, osea, AlienLandia. Tambien le dio a Ripley una historia más allá de su rango de Teniente: un trabajo, una personalidad y una hija perdida. Y por último, se lo pasó pipa con El Concepto, a saber: Marines Espaciales.

Repito: Marines Espaciales. Si aguien ha tenido otra idea tan genial en los 80, que levante la mano. Vale, el Depredador Transparente está a la altura. Pero ya.

Aliens es básicamente una peli de guerra en en el espacio. La historia arranca 72 años después de que la Nostromo recogiera al visitante, cuando la colonia que la Weyland ha instalado en el mismo planeta deja de dar señales de vida. Ripley, rescatada milagrosamente de la cápsula de salvamento y tomada por demente al explicar la historia, es enrolada como asesora en la misión de rescate organizada para ver qué ha pasado en la colonia. Una vez allí, y tras encontrarse el lugar devastado y con una única superviviente, los bichos, que campan a sus anchas, les obligan a aislarse en un módulo de vivienda, a la espera de que Bishop, el androide de la misión, vaya a buscar una lanzadera a la nave nodriza. Lo único que tienen que hacer es resistir, y salir de allí antes de que uno de los generadores de atmósfera escacharado haga volar por los aires toda la instalación. Evidentemente la resistencia se ve truncada por el hambre voraz de los bastardos alienígenas, obsesionados con destrozar a todo humano que se les ponga por delante.

Una vez el Cameron-guionista se cascó todo éso, sólo hacía falta que el Cameron-director dictador se encargara del resto. Y el tipo se peleó con medio equipo y despidió al director de fotografía y al actor principal nada más llegar, pero también hizo una peli que se llevó el Oscar a los efectos especiales costando 18 millones de dólares, en 1986. El Arca Perdida costó 20, en el 80, y Spielberg es de los que economiza. Ojo al dato.

Son varias, y todas acertadas, las ideas nuevas que el tito Jim mete en la peli. Vamos a verlas con detalle:

1.- AlienS. Pues sí amigos, el plural del título no es casual. Si en la peli de Scott, un sólo bichardo se cargaba a la tripulación entera de una nave que desconocía, en esta ocasión James Cameron multiplica la población hostil por 500. Hordas de bichejos negros pueblan la pantalla y atacan como un enjambre de abejorros gigantes. La regla de "si no es mejor, que sea más grande" se cumple orgullosamente en esta secuela ejemplar. Manos mal que en lugar de estibadores galácticos contaban con:

2.- Marines Espaciales. Me repito pero es que el concepto mola. Junto a Ripley viaja un pequeño destacamento de soldados de asalto hiperequipados, acorazados, malhablados y brutos como ellos solos. Sus apellidos son ya parte de la memoria colectiva de los frikis como yo. Sus armas, desde el eficaz rifle con contador de balas restantes, hasta las impresionante M-60 con arnés de steadycam que calzan Vásquez y Drake, han alimentado guerras ficticias en patios de colegios de todo el mundo. Son la leche. Los Recios de Rico son maricas con boina comparados con ellos. Sólo son comparables al equipo A y la panda de malotes que acompañaba a Chuache en otra Peli Mítica: Predator.

3.- Bishop, o la redención de Ash. El androide de la primera, interpretado por Ian Holm, era un señor mu raro que empezaba inspirando confinza y acababa descabezado por un extintor. Bishop, inmortalizado por Lance Henriksen, empezaba dando un mal rollo de la leche (con lo del cuchillico y esas maneras tan, tan correctas) y acababa siendo un personaje casi gracioso, antes, claro está, de ser literalmente partido en dos por...

4.- La Reina Alien. En su afán de expandir el mundo de Alien, Cameron creó lo que posiblemente es la aportación más acojonante a las pesadillas masculinas relacionadas con el miedo al misterio de la maternidad. Los Aliens, según establece Cameron a partir de entonces, son paridos en forma de huevos, de los que sale el cabrón con patas que se engancha al infeliz que le haga de huésped. ¿Pero quién pone los huevos? Pues una especie de araña gigantesca, con dientes transparentes y cornamenta ósea, con el vientre removible y un sentimiento maternal más bien tirando a violento. La batalla final entre madres, osea Ripley a bordo de un tractor humanoide y este engendro fascinante, es simplemente antológica.

5.- "Esto es una peli de bichos, pero también hay actores". Sigourney Weaber fue nominada al Oscar por su creación en esta peli. El nivel de carga emocional que Cameron regala al personaje es tal, que consigue destacar por encima de todo lo anterior, en una peli cuya protagonista aparecía en el cartel con un lanzallamas y una niña en brazos. A partir de ese momento, se empezó a pensar que igual en las pelis de acción los actores podían hacer algo más que correr y disparar. Y ahí está "Arma letal" para acabar de confirmarlo.

Momentos
Como cualquier peli de Cameron que se precie, Aliens está llena de momentos brillantes, que van del flipe momentáneo al orgasmo directo. Desde luego que éstos abundan a partir de la hora y media de peli, pero no están sólo ahí. De hecho, la primera escena de la peli, una parsimoniosa inspección a la lanzadera de rescate en que se halla Ripley hibernando, ya es una declaración de principios estéticos (azul y negro, los colores favoritos del tito Jim) y tonales (tensión de atmósfera y detallismo hasta la náusea). A partir de ahí, sólo va para arriba. Veamos algun hit-piece suelto:

Ripley pare un Alien. Es sólo una pesadilla, pero aquello estábamos deseando ver desde que acabara la primera peli acontece a los 10 minutos: Ripley se convulsiona, el gato bufa, y ya tenemos un bichardo saliendo del vientre de la Weaver cual mariposa de su capullo. Glorioso.

El despertar del guerrero. Cuando llegan a su destino, los marines del grupo de rescate despiertan del sueño criogénico y se comportan cada uno como es. Ecos de la primera escena de comida de Alien pululan en este breve, contundente retrato de personajes con un diálogo para la posteridad:
Hudson: Eh, Vásquez, ¿alguna vez te han confundido con un hombre? (Vásquez es una
mexicana con más espalda que David Meca)
Vásquez: No, ¿y a tí?

El primer ataque. Tras adentrarse en unas instalaciones semidestruídas y con una secreción rodeándolo todo que da un mal rollo del cagarse, y sin poder disparar por la proximidad de un instrumental inestable, los marines se enfrentan al ataque de decenas de bichardos salidos de la nada. Ripley es quien tiene que conducir el tanque que los rescate. Al subir a él, uno de los bichos intenta entrar y Hicks le dispara en la boca. El cabezón del bicho revienta y esparce su ácido por todo el habitáculo, deshaciendo uno de los chalecos protectores. 10 minutos. Un tiro.

La Aparición Estelar de Spunkmayer. Sí amigos, mi nick viene de algún lado. Este personaje aparece en una única escena: se pringa con la baba de un alien. Aparte de tamaña aportación al celuloide, esta escena sirve para que la lanzadera que tiene que evacuar a los marines se vaya a hacer puñetas en una preciosa explosión Cameroniana (cachitos por todas partes) y ponga a nuestros amigos en serios apuros (por suerte para el espectador).

Han cortado la energía. Hacinados en un laboratorio, los supervivientes reciben señales de movimiento de Aliens por todas partes. De pronto se va la luz, y todo se tiñe de rojo. A partir de ese momento empieza el tercer acto más intenso de la historia del cine.

El secuestro de Newt. Una niña que corre por ahí se encuentra sola en una especie de tanque de desperdicios, sumergida en agua hasta la cintura. El plano del Alien surgiendo de su espalda es difícilmente borrable de la retina de cualquiera de nosotros. Es historia, joder.

A Ripley se le hinchan los ovarios. Ripley rescata a Newt de ser infectada por un facehugger. Y se encuentran con la reina. Narración muda de primera en una escena rodada por Stan Winston, que por supuesto de salió del sotry-board para regalarnos una panorámica onanística de su criaturica, nunca suficientemente alabada: junto al T-1000, es posiblemente el mejor antagonista que ha sido machacado en una peli.

Vásquez y Gorman se reconcilian. La soldado raso Vásquez, chicana marimacho con más pelotas que Sarah Connor, que ya son pelotas, no traga al estirado y académico mayor Gorman. Pero ambos tendrán ocasión de hacer las paces en un pasillo atestado de bichardos acechantes, gracias a una inmovilidad temporal de Vásquez y una granada de mano muy sobada. Si en esta escena no aprietas los puños es que no tienes entrañas.

Bishop reloaded. Justo cuando Ripley se reconcilia con el género androide gracias a la proeza de éste, aparece una cola asesina inoportuna y ensarta a nuesttro amigo, lo levante tres metros en el aire y lo parte en dos. Literalmente. Cameron aprovechó que no el personaje no era humano para darle la muerte explícita más salvaje de toda su filmografía, y nosotros vimos que esta Reina, más que una depredadora enfadada, era una Hija De Puta muuuu peligrosa.


Duelo de Madres.
A Ripley el cuerpo le pide ya cuerpo a cuerpo. Se enfunda una especie de toro de carga futurista y se marca la mejor pelea femenina de la historia del cine, precedida de la inconmensurable frase "Aléjate de ella, puerca", jaleada por hordas de fans. Transformers mola, pero ésto no tiene parangón. De hecho, ahi va, de regalo:

Me quedan algunos en el tintero, pero este post ya es indecentemente largo.

Por qué es mítica
Si después de la declaración de amor anterior aún dudas de por qué esta peli merece ser una peli mítica, basta con hacer un resumen del argumento:

Unos marines espaciales (20 puntos) viajan en misión de rescate a una colonia espacial, llevándose de asesora a una superviviente de la Nostromo (Ripley, 50 puntos). Allí son recibidos por un enjambre de alienígenas con dos mandíbulas (20 puntos) y ácido en vez de sangre (20 puntos) que les destrozan sin piedad mientras intentan escapar, antes de que la instalación estalle y se lleve el planeta por delante. También encuentran una niña (-10 puntos) que resulta ser más resolutiva que su propio sargento (+20 puntos) y que se convertirá en la razón de Ripley para rescatarla de la Reina Alien (100 puntos) a la que después le dará una tunda y le mandará a tomar viento al espacio (150 puntos).

Y por supuesto: escrita y dirigida por James Cameron (300 puntos)



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