Se ha estrenado hace dos semanas. Es la secuela de Piratas del caribe: la maldición de la perla negra, que empezó siendo un encargo de la Disney a Jerry-fabricapasta-Bruckheimer y acabó siendo un digno exponente de lo que el buen cine de aventuras debe ser. El éxito de aquella trajo el estreno de ésta y el de su segunda secuela, prevista para el apretadísimo verano que viene. Las trilogías están de moda. Y Bruckheimer, siguiendo modas, es un crack.
Para empezar, diremos que la primera nos gustó más. Era una peli lastrada por una duración excesiva, pero aliviada por un tono y un ritmo que la hacían liviana. Por desgracia, en esta se repite el lastre (dura dos horas y media largas), pero no el alivio: la película arranca mal, con una escena absurda en la que se nos explica el planteamiento en un diálogo (primera regla del manual del guionista: don't do this, plis). A partir de ahí, se sucede una hora de peripecias bastante rocambolescas, innecesarias y torpemente resueltas; da la sensación de que no querían hacer la secuela más corta y por éso las han puesto, pero no aportan nada; es evidente que uno no va a ver esta peli para que la trama le aporte algo, pero el hecho es que tapoco entretienen demasiado, salvo un par de momentos de filigrana visual (la liberación de Sparrow de su cautiverio, por ejemplo) a los que sin embargo se llega de forma un tanto forzada (la captura de frutos con el palo parece una broma). Además se pierde mucho tiempo en estas cosas, intentando retrasar la entrada del verdadero argumento y el verdadero plato fuerte de la función: Davy Jones.
Un párrafo aparte merece este personaje. Desde su concepción hasta su puesta en escena, pasando por la magistral interpretación de Bill Nighy y los asombrosos efectos especiales que convierten un pijama verde en una criatura inolvidable, todo en esta creación es un acierto. La dosificación de sus apariciones en el guión, los escasos pero acertadísimos puntos de explicación de su condición, y una caracterización simplemente alucinante, le hermanan con Barbosa en ser villanos carismáticos que llevan el peso de su parte de la peli con un aplomo que muchos guionistas quisieran conseguir. Rossio y Elliot se redimen de su pérdida en la trama con la creación de este personaje que pasará a la historia. De propina, su barco y su tripulación, auténticos ejercicios de "dónde está Wally" de detallitos para el público.
En el bando contrario, el gran Jonnhy Depp expande su Jack Sparrow incorporando los matices que el guión le regala con acierto, si bien, en algún momento, está al filo de la autoparodia. Mucho más convencional en su evolución, pero igualmente encantador gracias a la creación de Depp, el auténtico protagonista de la saga la soporta sobre sus hombros sin problemas y con la solvencia acostumbrada. Un verdadero misterio es qué harán con él en la tercera parte, porque una nueva vuelta de tuerca en su histrionismo no creo que salga bien.
A partir de ahí, la capacidad de creación de caracteres empieza a fallar. William y Elizabeth siguen de comparsa, con una evolución acertada pero excesivamete funcional (véase los dos "momentos Keyra", y se verá que en realidad son trucos de trama, no verdaderos matices de personaje). El malo ideológico, el nuevo comodoro, no es más que un chiste, y las tripulaciones de los barcos siguen con su función de aportar momentos de a)chistecito por aquí; y b)flipe de efectos especiales por allá (incluída una escena con una cabeza-caracola que, literalmente, te da ganas de lanzar un Oscar a la pantalla).
Los efectos especiales y el diseño de producción son, a falta de espacio para dedicarles el artículo que se merecen, simplemente perfectos. Hasta el más mínimo detalle deslumbra, cosa que algunos dirán "lo acostumbrado en este tipo de pelis", pero éso es porque en realidad no se miran este tipo de pelis. Es tremendamente difícil llegar a un nivel de excelencia como el de este producto en este terreno, toda vez que por ejemplo en King Kong había cosas que cantaban a la legua y aquí parece que se están apostando a ver quién la hace más gorda en el departamento técnico. Desde la fotografía hasta el maquillaje, el vestuario, la decoración, es un no parar de ver costias, y seguro que la edición en DVD va a ser de 2 discos para los extras por lo menos.
En resumen: la primera hora es excesivamente oscura y lenta, la trama es excesivamente laberíntica aunque las cosas se resuelvan de forma precipitada, pero la peli da lo que promete: dos horas y pico de entretenimiento de verano, con un prota y un antagonista a la altura, una comparsa que alarga el tema pero que está ahí para satisfacer a todo tipo de público, y en definitiva una peli que si la ves tiene que ser en el cine, porque si te esperas al DVD no la vas a disfrutar del todo y si te esperas a la tele vas a echar raíces porque durará cuatro horas con los anuncios.
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