8.12.10
Cosas Que Hemos Aprendido Estos Días
2.12.10
Decencia
8.11.10
A Serbian Censure
Antecedentes express:
"A Serbian Film" es una peli de terror en que un antiguo actor porno con dificultades económicas se mete en un fregao de peli porno extrema por pasta. Una vez en el sitio, tienen lugar toda una serie de aberraciones, a cuál más bestia, en las que el prota llega a violar sin saberlo a su propio hijo y a cometer necrofilia.
Me cuesta escribir ésto tanto como leerlo, pero ése no es el tema. El tema es que cuando se pasó en Sitges ya hubo protestas, y ahora ya directamente han suspendido su pase en el festival de cine de terror de San Sebastian. Se han alzado todo tipo de voces para prohibir el film, y hasta para meter en la cárcel a sus responsables por supuestos delitos de enaltecimiento de la pornografía infantil.
Probablemente sea una mierda de peli y la verdad es que no me apetece demasiado verla. Pero no se me pasa por la cabeza que a quien quiera hacerlo se le prohíba. En "Las mañanas de cuatro" hubo un pseudodebate en que los tertulianos calificaban la peli de perversa, a sus responsables de delincuentes, y a los espectadores que la vean de enfermos. Y luego afirmaron con orgullo no haberla visto. Ninguno. Ejem. Cuando Ángel Sala, al telefono (y ciertamente desafortunado) no supo defenderse más que con un "sois unos carcas!", se hicieron los ofendidos.
Yo creo que es más sencillo que todo ésto, y no hace falta irse al código penal ni a autos de jueces ni hacerse los acorralados, sino echar un vistazo al diccionario:
“Enaltecer” y “exhibir” son dos palabras de significados distintos. Se puede enaltecer algo sin mostrarlo, igual que se puede mostrar algo sin enaltecerlo. Precisamente ése es el eje del tema. “A Serbian film” no enaltece ni la pornografía infantil, ni la violencia, sólo usa su representación ficticia para, precisamente, condenarlas. No entro a valorar cuestiones artísticas porque no he visto la película, pero creo que no hace falta.
Y tampoco es relevante el hecho de que las imágenes sean más o menos explícitas, salvo en el caso de la pornografía adulta, que está regulada por un código de exhibición, pero no prohibida.
Es decir, si “A serbian film” deber ser prohibida porque “moralmente” es reprobable que se “represente” la violación de un menor, todos y cada uno de los actos delictivos representados en todas las películas que hemos visto son reprobables por el mismo motivo; porque si el límite es lo que dice la ley que es delito o no, no importa lo horrible que nos parezca el delito ni la imagen; nuestro código penal explicita claramente qué es delito y que no, y lo es tanto la violación de un menor como el desfalco económico. Por esa regla de tres, hay que prohibir “El padrino” por enaltecer el crimen organizado, “Heat” por mostrar el lado humano de unos ladrones, “V de Vendetta” por promover el terrorismo… y “Ratatouille” porque promueve que las ratas cocinen. ¿Absurdo?
Sí, lo es. Le peor que tiene la censura no es la prohibición en sí, sino que el establecimiento de los límites es arbitrario, coyuntural y caprichoso. Estoy a favor de la calificación por edades y la educación y protección de los niños para que no vean ciertas cosas hasta que estén preparados, pero a partir de la mayoría de edad quiero poder decidir por mí mismo, gracias.
Por ahí se afirma que no hay diferencia entre ésto y darle una paliza a alguien y grabarlo con el móvil, si el autor considera que es arte. Pues mira, vamos a Barrio Sésamo: una manzana no es lo mismo que la imagen de una manzana. Y Leonardo DiCaprio no está congelado bajo el mar. Y Robert DeNiro no lleva dos pistolas bajo las mangas.
Como tampoco es lo mismo, por ejemplo, hacer un corto en que se enaltezca la xenofobia o el nazismo, porque no tiene nada que ver con las imágenes expuestas, sino con un delito de enaltecimiento que ya está recogido en el código penal, y que por cierto puede consistir en algo tan visualmente inocente como una persona hablando a cámara. Pongo el caso contrario: yo estoy a favor de la autodeterminación de los pueblos, pero de ninguna forma aceptaría una obra que, aunque fuera en forma de discurso, justificara la violencia real en nombre de ese ideal. Sin embargo, veo “Avatar” y estoy con los Na’vi a muerte… porque sé que Pandora no existe.
Siento la chapa, pero creo que es realmente importante este tema. ¿Qué nos impide prohibir que pasen “Braveheart” por la tele por un delito de enaltecimiento del terrorismo? Pues es a lo que vamos si continuamos así.
9.9.10
BocaChanclas
Últimamente la peña anda con la lengua suelta. La cantidad de gilipolleces que pueden oírse al día cuando uno pone la radio sólo para desayunar es como para que te explote el cerebro más rápido que a Belén Esteban haciendo un sudoku, y creo que tanto sufrimiento bien merece un expolio para convertirlo en relleno de blog.
9.8.10
Origen, lo que los Wachowski No Tuvieron Pelotas a Hacer
27.5.10
Mirar
25.5.10
El Final de “Perdidos”
He de confesar que me desenganché de esta serie por pura vaguería. En la TVE pre-sinpubli era imposible seguir nada, y para cuando CUATRO la recuperó me pilló sin ganas de adicciones. Y me jode porque en su día fui un lostie de lo más asqueroso.
Así que he vivido con relativa distancia todo esto del final de una era y esas cosas. Por un lado, me hubiera gustado participar de la histeria colectiva, la noche perdida y las discusiones sobre los subtítulos y el supuesto purgatorio; pero por otro lado tengo suficiente perspectiva como para ver que hay gente que, pasara lo que pasara, se iba a sentir decepcionada igualmente.
“Perdidos” es una serie de misterio, género difícil porque juega con el masoquismo del espectador que disfruta con que le dejen dándole vueltas a las preguntas pero espera que un día u otro le den respuestas. El apasionado del thriller disfruta tanto de un buen final como del camino dentro del laberinto, pero me temo que muchos seguidores se cansaron de elucubrar y querían saber, y llegaron a odiar la espera. Se convirtieron en antifans: personas que pasan de admirar a demandar, de esperar a exigir, de comentar a juzgar, e inevitablemente, de ilusionarse a sentirse estafados. Ya no les bastan los episodios: ver la serie es un mero trámite para llegar al final, en el que quieren ver sus preguntas respondidas y sus expectativas satisfechas. Y no se dan cuenta de que la serie lo es por sus episodios, no por su final.
Es evidente que un buen final es una guinda perfecta. Pero juzgar una experiencia completa por com acaba es injusto, además de profundamnete subjetivo. Yo que soy un friki de los juegos mentales, el misterio y la ciencia-ficción, puedo decir que “Perdidos” me encanta; me gusta tanto, de hecho, que tengo previsto verla acabar en condiciones este verano, y que haber leído como acaba me da exactamente igual. Porque lo que me gusta es Kate, y su historia con el médico muerto por su culpa y su cápsula del tiempo con un avioncito de juguete dentro; el juego de encontrar los números en simples guiños; la molonidad extrema de Desmond; “The Constant”, una de los mejores conceptos de sci-fi de los últimos tiempos; el juego de espejos entre la muerte de Boone y el nacimiento de Aaron... todos esos momentos no se pierden porque no me guste la explicación religiosa o de que me de rabia que no salga un señor con barba blanca explicándomelo todo. Me enganché a esta serie porque me mantenía alerta, y no me hubiera gustado que acabara contándomelo todo con pelos y señales, despreciando mis teorías, insultando mi capacidad de asbtracción.
Ver una serie no es tragar capítulos hasta llegar al último; es disfrutar de toda ella, sabiendo que habrá cosas que, seguramente, no nos gustarán. Es una putada que una de esas cosas sea su final, pero hasta que no lo vea en su contexto, tampoco puedo juzgar. Pienso en “Urgencias”, que me estoy revisando desde el principio, y no me veo devorándola para ver qué pasa al final; de hecho, es que lo que me gustaría es que no hubiera.
16.5.10
Vergüenza
22.4.10
El Sustituto
Las escuelas son, en general, más parecidas a lo que recuerdo de cuando era chaval que lo que me enseñaron (¿?) en la facultad. Se sigue echando a críos de clase, se les agarra con cuidado pero con firmeza del brazo para que no se maten entre ellos, y cuando hay que alzar la voz, se alza, sin martirizarse por creer que estás creando futuros deprimidos psicópatas ni nada. Sin embargo, los chavales son muuuucho más largos que antes, y saben que no podemos pasar de ahí. Algunos aceptan que al profe se le suele tener que hacer caso, pero otros sólo hacen caso a sus padres, y en una sola cosa: "a tí, sólo te mando yo (ja!), y pobre del maestro que te diga algo que no te guste, que se va a enterar"; éso se lo aprenden en cero coma, tú.
Hay escuelas que sufren grupos chungos, sobre todo por su situación geográfica, y otras a las que directamente los crean. Porque no es normal que un cole del Raval pueda organizar un taller de cocina, en primero, sin víctimas, y otra en Poble Sec tenga todo el ciclo medio y superior que parezcan permanentemente un concierto de los Sex Pistols. Cuando oyes tratarse a los maestros entre ellos, y cómo tratan a los sustitutos, entiendes muchas cosas.
A quien se le ocurrió que, en vez de su propio estuche, los chavales compartan una bandeja de plástico llena de lápices y colores en las que siempre faltan gomas y las maquinetas tienen vida propia, habría que dejarlo sordo a bandejazos contra el suelo. NO se aprende a compartir ni a responsabilizarse del material cuando, si algo se pierde-se rompe-se roba, va el maestro y lo repone sin incidencias. También es imposible que una clase escuche y atienda cuando sus alumnos están sentados, por disposición normal, de cuatro en cuatro, y la mitad directamente te dan la espalda, te pongas donde te pongas. Por antiguo y "franquista" que suene, de dos en dos y todos mirando p'alante es mejor para sus vistas y para sus espaldas, y para nuestras gargantas.
Los libros de inglés necesitan de una revisión urgente. Que la lengua tenga que ser sencilla no implica que a los chavales de 11 años de 5º se les enseñe el pasado con historietas sobre dónde estaban ayer sus juguetes. La metacognición (ser consciente de lo que se está aprendiendo) ha desaparecido del currículum; los alumnos perciben la materia como un montón de ejercicios que tienen que rellenar, sin saber para qué sirve (sobre ésto, preparo un post monográfico, porque hice un experimento).
Ya acabo. Creo que algunos maestros usan su oficio como autoafirmación personal, montando saraos muy complejos para que los críos tengan cosas muy espectaculares que enseñar y sobre todo no se den cuenta de que están aprendiendo, que entonces se aburren. Hace un par de semanas, un crío de primero se pilló un montón de folios en blanco y le dije: "¿por qué no coges los folios de unos en uno? ¿tanto vas a dibujar?", y él me respondió: "no, voy a escribir un libro, y tengo que probar por si no me sale bien la primera vez". Creo que éso dice más de su aprendizaje que un dibujo (más) de Sant Jordi, el dragón y la princesa.
Continuará. Otro día hablo de los peques.
26.3.10
Desesperao Por Ligar Con La Panadera
10.3.10
Por Qué Kathryn Bigelow Es Algo Más Que "Una Buena Técnica" (O Trueba Pírate)
8.3.10
Historia
Es el primer hito histórico de los Oscars de anoche. Pero no es el único. Hay varios más, como que por primera vez se ha hecho justicia y Hollywood no se la autochupado: pasó con "Titanic", que ganó sin merecerlo frente a "L.A. Confidential", y sobre todo pasó con "El Retorno Del Rey" que le robó miserablemente la cartera a "Mystic River" porque después de tres años a Jackson le tocaba por fin lo gordo. Al año siguiente, "Million Dollar Baby" se benefició del desastre, dándole a Clint Eastwood un dudoso segundo Oscar contra el eterno perdedor Scorsese... que tuvo su inmerecida revancha con "Infiltrados" (demonios, ésto da para otro post...)
Más cosas raras de anoche relacionadas con Bigelow: es el(la) único(a) director(a) que le ha ganado un oscar a un ex. El único Oscar a mejor película con una explosión a cámara lenta y una escena de 10 minutos en silencio entre dos francotiradores. El único film antibélico (o "abélico") en el que la guerra está filmada como en las pelis probélicas. El único film de Oscar en que los soldados americanos psicópatas son los buenos y los malos a la vez, y además no pueden desactivar una bomba atada a un tipo.
Otros hitos varios, ya en plan "Sálvame":
James Horner no se ha llevado su tercer Oscar por la misma banda sonora. En reconocimiento a su trabajo, yo le hubiera mandado una copia de plástico, por ser coherentes.
Sandra Bullock, que aquí es peste para la taquilla, se revela como una gran actriz (ya lo hizo en otro bodrio infumable con Oscar, "Crash"), o al menos consigue que el resto del mundo se entere de que es la actriz más rentable de Hollywood. Sí, niños, más que Julia Roberts, Bullock es una mina. En USA, vale, pero lo es. Y sin disfrazarse de monstruo, Charlize.
Otro: Kevin O'Conell no estaba nominado!
Hollywood vuelve a demostrar que se acerca peligrosamente a la sensibilidad del cine español premiando "Precious": la historia de una chica negra gorda, marginada, analfabeta, violada por su padre y maltratada por su madre se ha llevado un premio al guión adaptado. Con esas, Aranoa un año de éstos se viene cargao de enanos dorados.
Randy Newman no estaba nominado. Pero Giaggino le ha relevado, sin sorpresas.
Pixar ha vuelto a ganar un oscar que, a este paso, va a provocar el desdoblamiento de la categoría: mejor peli de animación del año, por un lado, y mejor peli de animación del año QUE NO SEA DE PIXAR, por otro. Cansinos, también.
Meryl Streep no ha ganado nada. Éso sí que es raro. De hecho, éso sólo es lógico si está también nominada Jodie Foster, que todo el mundo sabe, es la MEJOR ACTRIZ QUE HA EXISTIDO, a secas.
Kate Winslet no estaba nominada! Bueno, siendo como es, y estando casada con Sam Mendes, la dejamos que se desnomine cuando quiera.
Para acabar, la imagen de la noche: Cameron y su sutil manera de expresar la única forma que tenía de ganar su segundo Oscar.