"(...)el mundo es un lugar peligroso, lleno de hijos de puta casuales o deliberados. Donde, además, las guerras matan, los aviones se caen, los barcos se hunden, los volcanes revientan, los leones comen carne, y cada Titanic, por barato e insumergible que lo venda la agencia de viajes, tiene su iceberg particular esperando en la proa."
Por éso, cuando un periodista sale en el aeropuerto de Haití, asegurado por marines, sin atreverse a pasaearse por esos supuestos suburbios tan maltratados, o directamente saca rédito publicitario de la tragedia sin moverse de su plató, me dan ganas de mandarlo a cubrir un posado de Ana Obregón, que a veces parece que es lo único para lo que sirven.
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