Bigelow siempre se ha desmarcado de las mujeres directoras. Son pocas, y algunos se empeñan en darles a sus películas características comunes, como si el hecho de no poder cepillarse a la actriz principal las metiera a todas directamente en el mismo saco. Igual que Spielberg y Pasolini no juegan en la misma liga (ni siquiera practican el mismo deporte), Bigelow y, no sé, Jane Campion sólo se parecen en llevar melena y ser bastante altas. Y ya está. Bueno, y las dos estuvieron nominadas a los Oscars, vale.
Bigelow siempre ha hecho pelis de tíos. Ahooooora. Como todo el mundo sabe, la acción, los efectos especiales, la violencia, la sangre y las tramas intrincadas sólo nos gustan a los tíos. Nosotros no podemos apreciar "La flor del mal" en su justa medida, y como venganza, ellas se quedan a cuadros cuando ven "El Padrino". Es de libro, vamos. Saltada esta gilipollez, sí que es cierto que Kathryn Bigelow se ha distinguido siempre por tratar temas típicamente asociados a películas hechas por hombres, más bien de sensibilidad aparentemente escasa, con altas dosis de violencia y nervio y con protagonistas masculinos bastante arquetípicos: polis, agentes del FBI, capitanes de submarinos, artificieros. Vamos, que no es Sofia Coppola. Con una ya hay bastante, añado.
Bigelow fue en sus años mozos una reputada pintora y editora de revista. Incluso trabajó de modelo. Se hizo un nombre en la escena artística de California y ha expuesto y editado trabajos en museos, libros y revistas. En su primera peli dirigió a Willem Dafoe, pero ni ésa ni la siguiente tuvieron demasiado éxito: esteticistas, autorales, demasiado "artísticas".. en ese estado se han quedado las de Jane Campion, y las de Sofia Coppola van por el camino.
Kathryn decidió que había bastante, e hizo lo que le pedía el cuerpo: su primera peli de éxito fue sobre vampiros: "Razas de Noche". La temática vampírica va y viene por modas; en los 80 fueron los "Jóvenes Ocultos" de Schumacher los que dieron un corto revivir al tema, y hubo algunos claros ejemplos de intentos de sacarle partido: el Drácula de Badham, El Ansia de Tony Scott (pedazo de pedazo de peli, por cierto), y subproductos churreros de la Cannon, como siempre. La combinación 80s+vampiros era altamente peligrosa para las existencias de laca, y de hecho muchas de las pelis del revival eran ejemplos mu chungos de esteticismo "desatao": assules eléctricos, coloretes imposibles, colmillos tras carmines negros... "Razas de Noche" no escapa de este defecto, pero se eleva por encima de la media gracias a un manejo de la tensión y un miedo constante a caer en el ridículo bastante bien manejado: es gore, es tensa, no es demasiado cutre... vamos, hasta da un poco de miedo.
Y fue un exitazo. Sobre todo en los videoclubs. Kathryn Bigelow había encontrado su filón: olvida que eres una mujer directora, y sé una directora, sin más.
Cuando los productores se enteraron de que era una mujer la que había hecho éso, no lo dudaron: tenemos una historia para tí, porque la prota es una mujer. Era un guión que llevaba dando vueltas unos años, precisamente porque nadie se atrevía a hacer un thriller potente dirigido al público masculino protagonizado por una mujer. "Aliens" todavía no se había estrenado. La muchacha se pilló a otra muchacha potente, Jamie Lee Curtis, y se marcaron una peli extraña, de tempo contenido, sin demasiada acción y con cierta tendencia a la introspección: "Acero Azul". Una de las mejores interpretaciones de Curtis, una peli policiaca cojonuda, y un pequeño fracaso de taquilla. Si ya sabía yo que ellas no servían para ésto.
A la mierda. La próxima será de tíos-tíos. Dadme un guión que le daríais a McTiernan, joder. dadme persecuciones, tiros, deportes de riesgo. Dadme sol. Y le dieron "Le llaman Bodhi".
Es difícil explicar el fenómeno, corto pero intenso, que supuso una peli de atracos y surf protagonizada por un Patrick Swayze entre "Dirty Dancing" y "Ghost", y un Keanu Reeves con ganas de comerse el mundo. La montaña rusa en que Bigelow convierte una rutinaria historia de agente del FBI seducido por la vida de los criminales a los que persigue. La brutalidad de su perfecto montaje. El RITMAZO que tiene esta peli sólo se volvió a ver en Speed, en La Jungla 3, en Terminator 2. Una peli que de proyecto chorra para mayor gloria de las fantasmadas de algún Wesley Snipes en horas bajas pasó a peli de culto, captando perfectamente el cambio que se estaba gestando en los 90: del hedonismo a la rabia, de las drogas a la adrenalina, de Depeche Mode a Nirvana. Del cine de acción con grúas y explosiones de edificios desde lejos a las persecuciones a pie con cámara en mano... 15 años antes de Bourne.
Sí, fue ella.
Tardó cuatro años en volver a dirigir. Se divorció de James Cameron, que el mismo año estrenó "Abyss" (una peli que perfectamente podría haber sido calificada de "femenina" por algún soplagaitas). Y al parecer, James Cameron se lleva de puta madre con sus ex: Gale Ann Hurd le produjo "Abyss" justo después de su divorcio, y Jim le regaló a Bigelow un guión(azo) como regalo de despedida: "Días Extraños".
La historia que el mismo Cameron esperaba dirigir, pero que descartó por ser "demasiado callejera, demasiado cotidiana" para él, se convirtió en peli en 1995. Ambientada en un (entonces) futuro inmediato, la nochevieja del 99 al 2000, presenta un panorama violento, caótico, en el que las drogas de moda son las experiencias de otros grabadas con una malla cerebral y revividas con sensaciones incluídas, una suerte de "realidad virtual-real" con la que el protagonista trafica. La rutinaria y algo perezosa trama policial es lo menos vistoso de una peli que tiene su mejor baza, de nuevo, en la puesta en escena de Bigelow, que consigue algo realmente difícil: crear una atmósfera. La sensación de caos y descontrol, de desespero, de estar al borde del abismo, es constante. Hay algunos errores de bulto, como la elección de Ralph Fiennes como protagonista, y la ya mencionada trama policial, pero sigue siendo una peli brutal. En sentido literal. Hay algunas cosas sencillamente alucinantes: una violación y asesinatos completos en primera persona, una Angela Basset escapando de una limousina en llamas y arrojada al mar, una ambientación nocturna con tanques en las calles... Y ritmo, nervio, avance, potencia pura, sin necesidad de mil planos por segundo ni música machacona. Cine.
Bigelow sabía que tenía entre manos una historia mediocre que sólo podía ser salvada con una realización sobresaliente. Así que para marcar paquete, los primeros minutos de la peli son así:
Éso es un comienzo.
Bueno, la peli fue un éxito discreto. Todo el mundo alabó la tensión y la adrenalina, pero era un pelín larga, el protagonista no era adecuado y todo pasaba de noche. Sin embargo, es un ejemplo de peli que se puede usar en clases: su uso del plano secuencia es simplemente el mejor que he visto nunca, por coherencia, por utilidad y porque están cojonudamente bien hechos.
Después se cascó "El Peso Del Agua", una peli que pasará a la historia porque es la única fuente de imágenes de los pechos de Liz Hurtley. Tiene a Sean Penn de prota y todo pasa en un barco. no la he visto, pero al parecer es como una de esas cosas que de vez en cuando le salen a Ridley Scott: estética, chula, elegante... y vacía.
Después vino K-19. Harrison Ford y Liam Neeson en una peli de submarinos. Compro. La historia real de un submarino ruso cuyo reactor se jorobó y fue matando uno a uno a los tripulantes que tenían que hacerle cositas. Una visión estupenda cuando trabajas con radiación. La peli estaba bien, pero tener a Harrison Ford en piloto automático no ayuda, como tampoco hacer una de submarinos cuando pasa la moda (también va a temporadas, como las de vampiros). Además la vendieron como una peli de acción, cuando era un drama militar de toda la vida, algo como "Algunos Hombres Buenos", pero en ruso y bajo el mar. Fue un fracaso gordo en USA, sobre todo porque era la historia de un submarino ruso, y ya se sabe que cuando algo fracasa allí, en el resto del mundo se estrena de aquella manera. La verdad es que no es la mejor peli de Bigelow, si bien se aprecia lo bien que se desenvuelve en un espacio cerrado, algo realmente difícil para un género, la acción, que necesita de espacios por donde correr.
Siete años tardó en materializar otra peli. Y no me extraña, viendo el panorama del cine de acción de los últimos años: McTiernan en el trullo, Tony Scott haciendo una de cada 5 pelis bien, y Michael Bay como el rey del cotarro. Cuánto daño han hecho los 10 años de sequía de tito Jim: La Jungla 4, Terminator 3, las pelis del Transporter, las de A Todo Gas, las de la Luc Besson kitchen... cuando lo más glorioso es "Rambo 4", y por supuesto las inconmensurables "Bourne Saga", pero son gotas en el océano, no apetece meterse. Pero allí que llega nuestra heroína, a sus 57 años, y se pira a Jordania a recrear Irak para una historia de un grupo de artificieros norteamericanos en la fase más heavy del conflicto. Decidir si cable rojo o azul mientras decenas de personas te rodean y se ponen bombas en chalecos a inocentes. Yo esta la compro, fijo.
"The Hurt Locker" ("En Tierra Hostil") adolece de un sólo defecto: va de lo que va, y ya está. No tiene trama, más allá de la que junta los episodios de la guardia de estos tipos. No es como "Blown Away", por ejemplo: el grupo no persigue a una célula insurgente cuyas bombas sean cada vez más mortíferas, ni tienen que ir a buscar algo, ni nada. Sólo les vemos ir de bomba en bomba, liderados por un psicópata adicto al riesgo. Una en un coche; una bajo tierra; una dentro de un chaval (ésta es la escena de suspense del año: es simplemente B-R-U-T-A-L). Pero ya está. Si hubiera un mínimo hilo conductor, que supiéramos a donde vamos, la película sería perfecta. Por lo demás, lo es: Bigelow se sobra en cada plano, en cada sonido, en cada gesto de sus actores, en cada secuencia, en cada segundo. Se sabe libre (el proyecto era barato y no tenía ninguna presión, salvo hacerla) y se nota. Hace lo que le da la puta gana, y demuestra que es así como se hacen las películas: dejando al que sabe.
Por éso es un Oscar merecido, comparable al de "Salvar al Soldado Ryan" de 1998: es un Oscar a la dirección pura y dura, al cineasta, al tipo (tipa, en este caso) capaz de coger una historia endeble y mal equilibrada y no arreglar éso, pero sí todo lo demás; encontrar la médula, y explotarla, y ponértela en la cara. De hacer cine, en definitiva. Como lo hacen Michael Mann, Spielberg, Cameron cuando quiere, Ridley Scott, y como lo leva haciendo Bigelow desde que se dio cuenta que lo que importa no es lo que tiene entre las piernas, sino entre las orejas.
Ya que has comentado algo sobre Jóvenes Ocultos, hoy ha muerto Corey Haim. Y yo sí que he visto "el peso del agua". Efectivamente, sólo me acuerdo de la escena en la que Liz Hurley sale en topless (creo recordar que hacía algo con un cubito de hielo). Y sí, muy elegante.... pero un rollo patatero como diría la Irene.
ResponderEliminarMe parece en extremo presuntuoso ese comentario sobre que Trueba desconocía a Bigelow. Seguramente tú estás más puesto que él, que por cierto no has visto el peso del agua pero aun así te atreves a calificarla de vacía. Cuanto atevimiento trae un blog.
ResponderEliminarPor lo demás genial el homenaje a esta directora
Es una forma como otra cualquiera de hacer una introducción, el tono presuntuoso es inherente a mi forma de escribir.
ResponderEliminarPor otro lado, digo que El Peso del Agua es "al parecer" todo éso que dicen que es. No la he visto pero las críticas fueron bastante homogéneas. Claro que no hay que fiarse, porque también decían que "Invictus" era buena y el sábado me di una hostia de 3 pares.
No estoy más puesto que Trueba en probablemente nada en absoluto, ni lo pretendo. Este es un humilde blog que trata de reírse de todo sobre lo que escribe (aunque sea poco).
Espero verte por aquí más a menudo, igua si tengo más de 3 lectores me animo a postear. Gracias por tu comentario!!