A mí no me gusta el fútbol. De hecho considero estúpido, absurdo y bastante triste que un país se paralice por culpa de 22 tipos en calzoncillos corriendo detrás de una esfera patrocinada para ganarse una copa de lata y meterla en una vitrina.
Tengo que sufrir horas de conversaciones futboleras, horas de televisión deperdiciadas en declaraciones de iletrados millonarios, decibelios de gritos acerca de jugada polémicas y agrias discusiones que empiezan en un penalti y acaban en La Otra Estupidez Suprema de Este Puto País: el nacionalismo.
A mí me gusta el cine. Considero el arte y la cultura una forma verdaderamente útil de pasar el tiempo e incluso de guía para afrontar el insignificante paso por el universo que es nuestra vida.
Pero me basta con ignorar las conversaciones, cambiar el canal y echarme unas risas con la (in)capacidad verborreica de los jugadores para que el fútbol no me afecte. No considero que el fútbol, presente en nuestra sociedad hasta límites saturantes ataque mi forma de vida. Tengo otras cosas. Me basta con dejar que la gente que disfruta con partido lo haga, siempre que no me obligue a mí a calzarme una bufanda y dejarme la garganta en una grada.
Y lo más importante: respeto al que lo hace. Igual que me gusta que me respeten cuando me pierdo en una película.
Supongo que hasta aquí habrá quien piense que soy un snob y habrá quien piense "pues vale". Pero creo que es de sentido común pensar que hay espacio para todos y que el hecho de que mi mejor amigo sea un futbolero de pro y se aburra sobremanera con una peli en blanco y negro no nos impide echarnos unas cañas y reírnos de otras cosas.
Pues parece ser que si tienes una familia tradicional no puedes pasar por éso. Cuando eres un tradicionalista gilipollas (que los hay normales y desde aquí se les saluda y se les respeta), no sólo tienes que tener esposa, hijos, perro y monovolumen: tienes que predicar la palabra. Todo el mundo tiene que ser como tú. Y el que no es como tú, te está atacando.
Y oyes cosas como que "ser maricón es una moda". Como si casarse por la iglesia no lo hubiera sido en su día. O que se investigue con células madre para curar enfermedades es "una monstruosidad". Como si salvar vidas fuera un acto del demonio.
Estoy harto de que una panda de cursis gilipollas reprimidos intenten hacerse dueños de como tenemos que vivir todos. Yo odio profundamente la hipodresía de la Iglesia, pero no me parece mal que a alguien a quien le ayude tener fe la tenga. Entonces, ¿por qué no nos dejan vivir en paz si se les ha respetado siempre? Si les molesta ver a dos homosexuales besarse, que vuelvan la cabeza. A mí no me gusta tener que aguantar que me digan que lo mío con mi novia "no es serio" pero respondo con un encogimiento de hombros.
Vive y deja vivir, cojones!!!!
Joder menuda carta para Reyes... Opino exactamente igual que tu. No me gust el fútbol, prefiero el cine. En cuanto a lo demás, cada uno es libre de ser y hacer lo que quiera con su vida. ¿Por qué tienen que meterse alguien conmigo o con mi forma de ser o con lo que hago? - ¿Se aburren?, pues que se saquen la pelusa del ombligo!!
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