Hago un inciso en mi habitual (y de momento escasa) actividad crítica para una reflexión personal, si se me permite. Y si no, como tampoco me lee casi nadie, pues no hay mucha masa crítica que pueda forzarme a lo contrario, de modo que...
A veces uno entiende las pelis que ve bastante tiempo después de haberlas visto. Hombre, el argumento y el desarrollo, no, pero sí el trasfondo, esa especie de poso que dejan las buenas películas (o las icónicas, aunque no sean buenas) y que te vienen a la memoria cuando ese curioso artefacto imperfecto y tocahuevos que es el cerebro humano une dos contraplanos con la habilidad extraña de un Walter Murch especialmente inspirado.
Últimamente me están pasando cosas, por dentro y por fuera, bastante raras. Mi rutina vespertina me aburre, a ratos me asquea, me consume y alimenta mi sensación de estar perdiendo el tiempo a la velocidad del autobús 2525 de Palm Springs; la imperfección del organismo humano se ha manifestado con toda su crudeza en nuestra vida, haciendo que a ratos maldiga no ser un cabrón insensible capaz de pasar de todo; ecos del pasado vuelven con una extraña mezcla de amargura, paz interior, empatía y nostalgia, a ratos sana, a ratos pura envidia; sin embargo estoy con alguien a quien quiero, sin necesidad de explicar nada más, y tengo proyectos estimulantes aunque dependan en exceso de mi cambiante capacidad energética, vivo con dos seres pequeños y frágiles a los que me hace feliz cuidar y proteger, y creo que en rasgos generales se me puede considerar alguien no dañino, lo cual, dados los tiempos que corren, es un halago.
El otro día daban por la tele "cuando un hombre ama a una mujer", telefilmesco melodrama con un Andy García perdido tratando de no perder a una alcohólica Meg Ryan. Me pareció y me sigue pareciendo una peli pesada, lenta y fallida, pero pude ver cosas que la primera vez no conseguñi captar del todo: el Problema, que en esapeli es el alcoholismo de la esposa de un matrimonio más o menos modelo, sirve de plataforma para poner de manifiesto cosas más sutiles, como la dependencia entre las personas o la incapacidad de algunos de nosotros para decidir qué coño necesitan para ser felices.
Así estoy. A ratos mi vida me sobra y a ratos me faltan horas para llegar a todo lo que mi entusiasmo pretende. Sé que es una sensación común, quizá sea la crisis de los 30 avanzada, pero lo que está claro es que hay algo peor que no saber qué hacer ante un problema, y es lo que decía Andy García en una escena de la peli: "no puedo arreglar nada si no sé lo que se ha roto".
A ver si vienen pelis buenas de una vez y puedo encontrar a un Lester Burham o a un Capitan Miller que me sirvan de reflejo para saber por dónde tengo que escapar de esta Matrix que mes toy montando yo sólo.
Pienso que un blog no está para que te lean, sino que es otra manera de expresarte que hasta te puede servir en tu vida y no es necesario que guste a nadie.En tu caso has encontrado una peli muy buena que te consuela, pero a veces el cine es una trampa emocional.
ResponderEliminarLa lectura en silenci també existeix, i aquí estem. Recorda que és el teu bloc i ben mirat, tu ets l'unic que et pots fer censura. Censurar les emocions, però, només serveix per a fer-les més difícils de portar, i això, creu-me, no du enlloc.
ResponderEliminarPer sort dels qui t'envolten no ets un "cabrón insensible", perquè l'ànima, com diuen, a diferència del cos, sí pot ser perfecta.
No et deixis abasallar pels mals moments, aprèn a portar-los amb serenor, cuida't i gaudeix de cada petit detall que et faci sentir bé.