23.10.07

World Press Photo

Hasta el 11 de Noviembre en el CCCB se puede ver, gratis, la exposición itinerante de la selección de fotografías de la prestigiosa fundación holandesa World Press Photo. Para el que no lo sepa, es una fundación que se dedica a promover y difundir la importancia de la fotografía de prensa como pilar fundamental de la información, que es a su vez, en mi humilde opinión, quizá el pilar más importante de la libertad.
Hay de todo, desde instantáneas graciosas y criosas relacionadas con el deporte, hasta desgarradores documentos gráficos que ponen de manifiesto la estupidez y la miseria humanas. Algunas fotos son buenas y otras son buenos documentos. No pongo muestras porque no sé como está el tema derechos, pero seguro que habéis visto alguna cosa en la tele o en los periódicos.
El caso es que salí de allí con la misma sensación que siempre tengo cuando me enfrento a la profesión periodística. No sé dónde está el límite entre llamar la atención de algo o usarlo vilmente para promocionarse; entre la expresión de un sentimiento y la manipulación y la pose. Supongo que alguien que tenga más claro el compromiso de la prensa con la verdad podría trazar esa línea con más seguridad, pero yo, pobre espectador tragapublicidad y víctima del bombardeo de chafarderos que se hacen llamar periodistas, noticias que denuncian vídeos vergonzosos mostrando el propio vídeo y oyente de horas y horas de nada llamada tertulia, no puedo.
Hay una foto que muestra un coche lleno de pijos recorriendo un barrio devastado de Beirut. Supongo que quiere llamar la atención sobre la superficialidad en un mundo con más problemas que la velocidad del ADSL. Pero también lo hace sobre un fotógrafo promocionado por Canon, ganador de un premio económico por esa foto, y yo me rasco la cabeza y pienso: no sé qué pensar...
No es una pregunta retórica, en serio, es una duda real. Supongo que nuestro país está tan lleno de pesudoperiodistas y fotógrafos que sólo saben disparar luces sobre famosos de medio pelo que no tengo esa mirada tan claramente comprometida. Sé que sería incapaz de hacerle una foto a una persona moribunda sin ayudarla; quizá si asumo que es la mejor manera de ayudarla, metafóricamente hablando, podría hacerlo. Por éso le dije a mi pareja que supongo que hay fotos ahí que un fotógrafo o un periodista sabría interpretar mejor, no por su calidad técnica o documental, sino precisamente por la justa medida de ambas. A mí aún me cuesta.
Por supuesto, hay que ver la exposición, incluso para salir cabreado de ella (que no es el caso). Porque en lo de la importancia de la prensa, como ente, para el ejercicio de la libertad, estoy totalmente de acuerdo. Otra cosa son los periodistas.

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