Lo dijo Arturo Cañas Cañas:
"Este mundo está dividido en pringaos y tíos con dos cojones. Da igual que sean reyes, príncipes o carboneros: o eres un pringao, o eres un tío con dos cojones."
A riesgo de que el susodicho chófer me parta las piernas, he de discrepar. Hay un tercer tipo de personas. Y son los más numerosos. Son un híbrido mutante: son los Mediocres. Mezcolanza aberrante de pringao y tío con dos cojones, tienen lo peor de cada casa: son Don Nadie, no llegan a nada porque no tienen aptitudes ni capacidades, pero la vida les ha puesto en lugares y circunstancias que les han hechoo creer que son Tíos Con Dos Cojones. Y por éso ya no se autoconsideran pringaos, porque el mundo les hace creer que son Tíos Con Dos Cojones. Y el resto somos pringaos, aunque seamos tíos con dos cojones, porque no somos mediocres.
Los Mediocres están en todas partes. Son esos niños que, de pequeños, cuando el abusón le daba una paliza al gafotas y le quitaba el bocata, se quedaban mirando. Si el gafotas pedía ayuda, miraban a otro lado; si el abusón les miraba, aún vigilaban para que el profe no apareciera. No ayudan al delito, ni lo evitan; se mantienen higiénicamente al margen y siempre salen ganando.
De mayores, los Mediocres no llevan la contraria a nadie que esté por encima de ellos. Sólo a los que no les pueden oír: al Gobierno, al Alcalde, al Director General. En su más profundo interior desean ser Tíos con Dos Cojones, pero como éso tiene riesgo de un revés que te convierta en un pringao, siguen manteniéndose en la esquina más cercana: al acecho, pero al margen. A punto para aparecer cuando el carácter fuerte de los Abusones y la falta de liderazgo de los Pringaos les eliminan del camino: ahí están los Mediocres para erigirse los más equilibrados, los ideales, los discretos eficaces.
Montilla, Zapatero, Rajoy, Bush, Àngel Llàcer, Agag, Aznar, JJ Vázquez. Mediocres oportunistas. Algunos necesarios en épocas de crispación, otros siempre al acecho, otros disfrazados de Tíos Con Dos Cojones. Arrastran a la masa de Mediocres que se identifican con ellos y les dan la razón, aún cuando, simplemente, no dan razones a nada. Igual que dije en su día, no se trata de lo que dicen, sino de lo que hablan. Hablan y parece que dicen muchas cosas, perro no dicen nada. Opinan y parece que van en contra del mundo, pero sólo descontextualizan y despojan de matices los hechos para que cuadren con sus ideas. Y los Mediocres del Mundo les siguen porque tampoco saben razonar ni matizar; éso es para los programas de debate que nadie ve; ésos en que la gente no se pisa cuando habla ni hay SMS pasando por debajo de la pantalla.
Lo saben todo. Cómo va a quedar España en la Eurocopa, quién ganará las elecciones, quién comete los atentados, cuándo acabará la huelga de transportes... Todo. Da igual que todas esas respuestas estén en el aire o seas Perogrulladas: nadie sabe quitarles las razones y los matices con tanta precisión como Los Mediocres. Y tienen razón siempre. Porque no son Pringaos Con Dos Cojones que se arriesgan a decir lo que piensan, sólo hablan, y al final, aciertan, porque si yo digo que mañana hará sol, acierto seguro: sólo hay que decir que, en realidad, está detrás de las nubes. ¿Mentira? ¡No, los Mediocres nunca mienten! ¡Éso es cosa de Pringaos!
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