La primera de las aventuras del personaje de Myke Myers no me gusta. Vale, es humor zafio y grosero del bueno, es flipantemente absurdo, pero era mu cutre. Más de lo saludable. Pero dado el inmenso éxito de esa entrega, se pusieron manos a la obra y perpetraron una segunda parte más cara, más absurda, más bruta, más flipantemente zafia. Osea, mejor.
El Doctor Maligno vuelve a atacar tras ser rescatado por su organización de su éxodo espacial. Una vez reestablecida su condición de SuperVillano, su número Dos le informa de varias novedades, a cada cual una oportunidad mejor para hacer un chiste en una secuencia prodigiosa:
1.- Hagámonos ricos con Starbucks. Número Dos decidió invertir la fortuna del Dr Maligno en una pequeña cadena de cafeterías. 30 años después, son propietarios de la mayor red de cafés baratos y de calidad del mundo. Ganan billones. Y el Dr Maligno responde: ¿Y por qué ganar billones cuando podemos ganar...(meñique en la boca)... millones?. Todos ponen la misma cara.
2.- Mini-Yo. Lo más grande. Número Dos ha intentado clonar al Dr Maligno pero la cosa ha quedado en un engendro salvaje 3 veces más pequeño, al que el Dr Maligno llama "Mini-Yo". Descnozco cuánta gente ostentará este apodo, ya sea a sabiendas o no, pero es uno de los pocos conceptos cachondos recientes que realmente ha calado en la audiencia. Por supuesto MiniYo rivaliza con Scott, el hijo del Dr, por el cariño de éste, y posee su propio minigato Esfinge como su Maxi-Yo. Genial.
3.- El plan del malo. El Dr Maligno dispone de una "Máquina del Tiempo". Y lo que pretende es viajar al pasado y robarle a Austin Powers, su archienemigo, ni más ni menos que... ¡Su Mojo!
¿El qué?
¡El Mojo! ¡La líbido, el sexapil, la fuerza vital, el rollo que mola, éso que los franceses llaman el "nosequé"!
Si alguien es capaz de escribir algo remotamente tan estúpido y fascinantemente gilipollas, por favor que se pase por cualquier televisión de España, que las series le necesitan.
4.- Scott, cállate. El momento matador. Después de explicar su estupidez de plan, Scott le pregunta por qué demonios no viajan al pasado y matan a Austin Powers, sin más. Lo que sigue son como 5 minutos en los que Maligno manda callar a su hijo de las formas más irritantes que pueden ocurrírsele a una persona sabiendo que nadie puede callarle a ostias. Yo casi la palmo, palabra.
El resto de la peli es una carrera de gilipolleces a cuál más absurda y con más voluntad de sentar cátedra a base de crear un icono tras otro: Marifé Lación (Mari para los amigos, Felación para los muy amigos), un espía incapaz de mentir 3 veces seguidas (por lo que para interrogarle hay que hacerle cada pregunta 3 veces), Rob Lowe haciendo de Número 2 joven, el Dr Maligno jugando con una bola del mundo hinchable al más puro estilo Chaplin (y haciendo llorar a número 2 con ella), Burt Bacharach y Elvis Costello cantando en plena calle (y presentados por Austin a la audiencia, como un presentador de televisión), y otra, y otra, y otra, hasta la aparición de lo segundo más grande que tiene esta peli: El Gordo Cabrón.
El hombre en punta del Dr Maligno es un gordo escocés cruel, sanguinario y vomitivo, al que para no herir sus sentimientos apodan cariñosamente El Gordo Cabrón. El tipo es como una ballena peluda y sudorosa, vestido con kilt y gaita en ristre, que devora niños y que en la versión doblada al español se expresa de forma sospechosamente parecida a ¡Jesús Gil!!
Sí amigos, porque lo que realmente hace grande esta peli es el doblaje. Lejos de intentar imitar gracietas originales que se quedan en un ¿ein? generalizado, los dobladores decidieron echarle más morro y llamaron a Florentino Fernández, en aquella época cumbre del humor patrio, para que pusiera voz a todos los personajes interpretados por Mike Myers: Austin, el Dr Maligno y el Gordo Cabrón. El resultado es tan, tan memorable que hace olvidar que, evidentemente, la mitad de las cosas que nos hacen gracia no forman parte de la peli en sí, sino de la inventiva de esa bestia parda que es el Floren. Sólo la idea de ponerle la voz de Gil al Gordo Cabrón vale un Oscar al doblaje, si éso existiera.
Lo mejor: La cara dura que le hecha todo cristo implicado, y lo cojonudamente bien hecha que está la peli a pesar de lo cutre que quiere ser. Y claro está, el Dr Maligno.
Lo peor: es una isla en la trilogía, porque la primera es mu mala, y la tercera intenta prolongar los aciertos de la segunda pero se pasa de escatológica (hay un personaje que se pasa la peli comiéndose a sí mismo).
La frase: "Austin, yo soy tu padre", auténtica cumbre de que una escena adivine justo lo que el público está pensando y el personaje diga lo que todo el mundo espera.
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