Ya es una peli fuera de cartel pero acabo de verla y no puedo dejar pasar la oportunidad. La peli pseudo-documental que relata la violación y asesinato, y el posterior silencio informativo, de una chica de 15 años y su familia por parte de Reno Flake y BB Rush (no olvidemos sus nombres: no lo merecen), soldados destinados en Samarra durante la Guerra de Irak en 2006.
Brian De Palma pone toda su sabiduría bastarda y su desvergüenza narrativa y formal al servicio de remover entrañas sin tapujos. Pero lejos de convertirse en un panfleto antimilitarista al uso, con óptica objetiva y racional y moralina incluída, "Redacted" alude a la piel y al sudor, a la mala leche, para dejarte en una disyuntiva incómoda y necesaria a partes iguales: lo sabes, pero no lo quieres decir. Eres MacCoy, superado por las circunstancias; eres Salazar, que quiere denunciar pero duda tanto que acaba pagando con su cabeza -literalmente- la venganza de los Irakíes.
No me extraña que algunos calificaran a de Palma de antipatriota. Pero no es por su defensa de la verdad en tiempos de guerra, sino por lo tremendamente sincero que es su desprecio por el ejército. Así, sin cortapisas. Los soldados de Redacted son oportunistas, palurdos, cobardes, borrachos, listillos, violentos, salidos, pretenciosos y ruines. Todos. No hay un alivio moral que sirva de escape o representación de la nobleza en todos ellos. Desde los violadores, auténticos simios uniformados, hasta el sargento mayor, un tipo que se las da de listo porque lleva 9 meses en Irak y cree saberlo todo, y es el primero en salir despedazado por una mina.
Tampoco es especialmente amable con los medios, que se diga. La periodista que acompaña a los soldados en la primera incursión a la desgraciada casa juega luego un papel tremendamente efectista y lacrimógeno al entrevistar al padre de la familia asesinada, que se encontraba en la cárcel sin acusación alguna durante el incidente.
Y finalmente es sangrante con algunos artistas, corporizando una irónica crítica en un cortometraje ficticio que en teoría intenta sacar arte audiovisual de la estéril espera en un puesto de control del ejército, anteponiendo una música dramática a imágenes estáticas de los soldados mirando al frente. Hemos visto decenas de piezas reconocidas internacionalmente en las que se premia la mirada artística, estética y absolutamente inútil de gente con presuntas intenciones de denuncia pero con un claro -pero no declarado- objetivo de sacar tajada del recurso fácil de meterse-sin-meterse con algo tan obvio como es el sinsentido de la guerra.
Creo que lo que De Palma intenta decir con todo ésto es que la guerra, la atrocidad de la que es capaz el ser humano, no entiende de sutilezas. No vale la racionalidad ni la sensibilidad artística elitista para hablar de gente que dispara contra embarazadas porque no paran en un puesto de control cuando van a dar a luz. Hay que dar un puñetazo en la mesa y gritar, mostrar la realidad cruda, incluso fotos reales de críos con la cara destrozada al final de la peli, para que se sepa de qué va el cotarro: dos soldados borrachos violaron y mataron a una chica y su familia porque el ejército emplea a iletrados y les quiere obedeciendo, porque Bush, Blair, Aznar y compañía querían un país y lo obtuvieron por la fuerza, porque la prensa juega a la verdad pero la usa para vender publicidad, y porque todas esas cosas no se pueden redactar: tienen que escribirse sin pensar. Jamás la sana desvergüenza de De Palma ha sido tan útil y necesaria como para retratar la desvergüenza real de los que tachan lo que no interesa.
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